Objetivo: las mujeres

El Periódico de las Damas fue la original propuesta que introdujo el periodismo femenino en la España del siglo XIX

“¡Sexo amable, sexo encantador, delicias de la vida! ¡Mujeres! (…) ¿Cómo no han dedicado en sus periódicos un triste artículo a vuestra enseñanza o ni siquiera a vuestra inocente diversión? Aquí tenéis, pues, bellísimas españolas, la venganza de tan grande agravio: aquí tenéis un periódico para vosotras». Con estas palabras, El Periódico de las Damas buscaba suscriptoras el año 1821 para la que fue la pionera de las revistas femeninas españolas.

Por primera vez en la historia de la prensa española una revista se dedicaba íntegramente al público femenino. Este primer intento fue algo efímero, pero tan solo era un preludio de lo que sería más adelante «el gran fenómeno social editorial en España el siglo XIX: la prensa femenina, destinada a un nuevo sector de lectoras de la burguesía», según explica Mª del Carmen Simón en la obra «Revistas españolas femeninas en el siglo XIX».

Su creador, el impresor y editor Don León de Amarita, importó de Francia después de su exilio la prensa ‘de modas y salones’, el máximo referente de la cual era el Journal des Dames et Modes, publicado en París entre los años 1797 y 1839. Simón explica que «este tipo de prensa se caracterizaba por entregar figurines iluminados a parte de las páginas de la revista» y que Amarita los reparte en El Periódico de las Damas «del diario francés l‘Observateur des Modes«.

No hay constancia de que ninguna redactora trabajase en El Periódico de las Damas. A pesar de esto, las intenciones editoriales, reivindicadas en el primer número, eran dedicar la publicación «al bello sexo», como se repite a lo largo de sus líneas. Es por esto que la revista promete reflexionar habitualmente en un párrafo sobre «los derechos, deberes y influencias de las damas en la sociedad». De hecho, Inmaculada Jiménez en «La prensa femenina en España», destaca que El Periódico de las Damas fue la «única publicación femenina con una sección dedicada a noticias políticas, así como diversos artículos y anuncios de idénticas temáticas».

Con el paso del tiempo, la intención de informar a las mujeres va perdiendo fuerza. Cada vez ocupan más espacio las adivinanzas -llamadas ‘charadas’-, las poesías, algunas biografías de heroínas o incluso las cartas de las lectoras. Esto es motivo de queja de algunas suscriptoras, que se reflejan en la propia revista. Es el caso de la edición número VIII, en que se publica la carta de una suscriptora, Juana, que se queja por este motivo: «¿Tienen miedo ustedes de que nos enfademos, si no nos adulan? ¿No sabremos discernir lo que nos digan con justicia, de lo que sea por adulación?», exclama. Sorprende bastante que El Periódico de las Damas publique una queja tan negativa de una lectora y a la vez la participación lectora continua, que demuestra una interacción entre la revista y las suscriptoras, especialmente importante considerando la época en que se imprimía.

Intento fallido

A pesar de sus intentos por conseguir una buena cuota de mercado, la aventura de Amarita acabó pronto: a los 25 números. El día 24 de junio de 1822 el editor se despide de sus lectoras: «Hemos estado esperando inútilmente que las suscripciones aumentasen (…) viendo embargar nuestros diarios por deudas», escribe. Y se lamenta de que entre 5 millones de mujeres no hayan alcanzado ni las 200 suscriptoras. La autora Mª Cruz Seoane en «Historia del periodismo en España» explica que, por sorprendente que parezca, «solamente el 58,6% de los suscriptores eran mujeres y de ellas, 98 se encontraban en Madrid y el resto en provincias». Además, todas ellas pertenecían a una minoría de las capas altas de la sociedad.

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